Se me abren las carnes, eso sí, cuando la pena de muerte se convierte en arma arrojadiza del antiamericanismo más cerril.
El viernes a eso de las diez y media de la mañana la ejecución de Teresa Lewis era la noticia más destacada en la portada de elmundo.es. Es un periódico digital que leo a diario, y jamás he visto que una ejecución en China o cualquiera de los otros 88 países en los que sigue vigente la pena de muerte haya ocupado semejante lugar destacado. En el blog de Jorge Marirrodriga encuentro otro ejemplo:
Un servidor todavía está a la espera de que se informe a nuestra opinión pública de que la Autoridad Palestina (los moderados, los buenos) ha aprobado la pena de muerte para aquellos palestinos que vendan tierra a los judíos. Ojo, que hay países que prohiben vender tierras a extranjeros... pero ¿pena de muerte? Cualquier palestino que lo haga puede ser ejecutado por sus propias autoridades ¿y por éstos nadie alza la voz?
Coda: Gracias a Jorge Marirrodriga también me entero de lo que pasa desde que comenzaron las conversaciones de paz entre palestinos e israelíes:
--Pasa que el israelí acudió a negociar con cuatro de los suyos asesinados (una embarazada)
--Pasa que ni un sólo día han dejado de caer cohetes sobre territorio israelí
--Pasa que las facciones palestinas enemigas de la paz han sellado una alianza y que sus jefes operativos han comenzado a moverse por Cisjordania
--Y pasa que los palestinos partidarios de negociar no se han movido ni un milímetro de sus exigencias iniciales.
Pero de eso hablaré en otro post...
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