Poca simpatía guardo hacia las ONGs en general, sobre todo desde que, gracias a mi trabajo, descubrí cómo funcionaban y a qué destinaban sus presupuestos. Sus actuaciones tendenciosas y sesgadas ad nauseam no han hecho sino corroborar la nefasta impresión que tengo de ellas (con honrosas excepciones).
Es el caso de Movimiento contra la Intolerancia y su último informe, el Informe Raxen donde, en un libelo lleno de lugares comunes, mete en el saco de la xenofobia y la ultraderecha a Crispal y su In Partibus Infidelium y a Stop Yihad, que forma parte de Red Liberal (y que acaba de cumplir cuatro añitos. Felicidades, Daniel!). Como si hubiesen entrado alguna vez en esas páginas.
Crispal ha escrito a Esteban Ibarra, mandamás de Movimiento Contra la Intolerancia, y ha dado a conocer su enfado en su blog, obteniendo un apoyo realmente abrumador. Lo mismo ha hecho Daniel Rodríguez Herrera en el suyo, exploniendo el e-mail que ha escrito a la oenegé, donde exige una rectificación. Veremos si les escuchan.
Desde aquí, todo mi apoyo.
Es el caso de Movimiento contra la Intolerancia y su último informe, el Informe Raxen donde, en un libelo lleno de lugares comunes, mete en el saco de la xenofobia y la ultraderecha a Crispal y su In Partibus Infidelium y a Stop Yihad, que forma parte de Red Liberal (y que acaba de cumplir cuatro añitos. Felicidades, Daniel!). Como si hubiesen entrado alguna vez en esas páginas.
Crispal ha escrito a Esteban Ibarra, mandamás de Movimiento Contra la Intolerancia, y ha dado a conocer su enfado en su blog, obteniendo un apoyo realmente abrumador. Lo mismo ha hecho Daniel Rodríguez Herrera en el suyo, exploniendo el e-mail que ha escrito a la oenegé, donde exige una rectificación. Veremos si les escuchan.
Desde aquí, todo mi apoyo.