Hace cincuenta años se daba el pistoletazo de salida para la carrera espacial y para la conquista del espacio, la última frontera (Jean-Luc Picard dixit) con el lanzamiento de una bola de aluminio que hacía bip-bip, el Sputnik ("satélite" o "compañero de viaje" en ruso).
Con su lanzamiento, los soviéticos demostraron a los americanos que podían lanzar una cabeza nuclear a cualquier parte del globo. Era un paso más en la guerra fría.
(Encontrarán abundante información en el especial de elmundo.es, así como en Microsiervos o la wikipedia. La fotografía, cómo no, está tomada del sitio APOD.)
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