Con tanto viaje, estatuto e islamista desbocado estamos dejando de lado ese gran proyecto común que es Europa y que ha conseguido que no nos matemos los unos a los otros durante unos lustros (uno y pico si tenemos en cuenta las guerras de Kosovo y Yugoslavia; varios si los dejamos de lado).
Poco se habla ya de lo que hay por hacer en parte porque, una vez implantado el euro, carecemos de un objetivo por el que luchar. Hace años ya defendía Emma Bonino que el siguiente paso sería establecer unos plazos para lograr tener un ejército común. Pero nada de nada.
Hoy, Juan Pedro Quñonero hace una breve retrospectiva del freno que ha supuesto Francia para la construcción europea en los últimos años, desde que Chirac se encuentra al frente de la nación vecina. Merece la pena leerlo, e invita, como siempre, a la reflexión.
sábado, 25 de marzo de 2006
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