Los teneos japoneses, reconocidos como cultura en España

Me ha sorprendido la Tercera del ABC de hoy. La firma Leopoldo Calvo-Sotelo Ibáñez-Martín y en ella ¡habla de tebeos! ¡El noveno arte ocupando la Tercera de un periódico de derechas! Y no sólo eso, sino que ¡habla del manga sin desprecio!

Comencé a leer mangas por culpa de Bola de Dragón. La serie la emitían en TV3 y me enganché. Llegó después el manga y eso fue sólo el comienzo. Hoy se publican varias decenas de títulos de manga en España, dirigidos a diferente público, algo impensable hace diez años, cuando Francisco Ibáñez se refería a los tebeos japoneses con enorme desprecio.

¿QUÉ se hizo el gran Hergé? Los personajes de Disney, ¿qué se hicieron? ¿Qué fue de Aquiles Talón? (figura quizá menor, pero muy querida de quien esto escribe). ¿Qué fue de tanta invención como trajeron el profesor Mortimer y el capitán Blake? Se acaba la paráfrasis de nuestro más famoso poema medieval, y todavía no ha salido el mejor de los autores de cómics del pasado siglo, René Goscinny.

Se diría que una gran ola del mar del Japón los ha sumergido y que en su lugar han aparecido infinidad de personajes procedentes de aquellas orillas. Todos los niños los conocen. Es este sin duda uno de los más importantes fenómenos culturales de nuestro tiempo: por primera vez en dos mil años, la mano que mece las cunas occidentales viene impulsada por una cultura oriental. Mucho se habla hoy de China, pero hasta el momento su influencia es predominantemente fabril. A los efectos culturales y espirituales hay que mirar al Japón. Pero antes conviene describir los antecedentes europeos en materia de cómic, limitando el análisis a dos grandes figuras ya mencionadas, e inseparables de los héroes que crearon: Hergé (Tintín) y Goscinny (Astérix).

El artículo habla fundamentalmente de dos genio del cómic europeo del siglo XX: Hergé y Goscinny, pero se acerca al fenómeno manga con respeto. No dejen de leerlo entero.