De entrada, buena parte de la comunidad internacional ya ha reconocido a Hizbolá como parte del conflicto, a pesar de que es un grupo terrorista, de que es un instrumento desestabilizador al servicio de Irán y de que hay una resolución del Consejo de Seguridad que exige su desaparición. No es de extrañar que tanto Hizbolá como el conjunto de las fuerzas políticas libanesas reconozcan el triunfo de esta organización. Están sufriendo muchas bajas, pero a cambio reciben un reconocimiento internacional que refuerza su posición política, el papel de sus protectores -Siria e Irán- y además dificulta el proceso democrático libanés. No deja de ser humillante que algunos gobiernos árabes hayan mantenido, de hecho, una posición más firme frente a Hizbolá que la siempre claudicante y apaciguadora Europa.¿Quién de vosotros va a ser
[...]
Tanto Israel como Líbano cometerían un gravísimo error si aceptaran un arreglo que no incluyera la desaparición de Hizbolá, pues tanto la independencia y la democracia del país del cedro como la seguridad del Estado judío dependen de que la larga mano de los fanáticos iraníes y las pretensiones anexionistas sirias se vean truncadas.
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?
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