lunes, 11 de septiembre de 2006

Cada uno, en su sitio

A tenor de cómo comienza el artículo, se sitúa frente a El Mundo:
Cinco años después, las teorías conspirativas —la última moda de Estados Unidos exportada a España— siguen entonando entre lo patológico y lo siniestro toda clase de explicaciones alternativas a la narrativa oficial del 11-S. Un fenómeno protagonizado por un obsesivo grupo de internautas, aspirantes a cineastas, mínimos personajes radiofónicos y algún profesor, empeñados en presentar la muerte de casi tres mil personas como resultado de una ingente conspiración para justificar posteriores acciones militares en Oriente Próximo.
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