«Zapatero acusa a la derecha de haberse radicalizado y tratar de revisar la historia».
Tela.
lunes, 18 de septiembre de 2006
miércoles, 13 de septiembre de 2006
Avances en Comunismo Capitalista
Hay algo irónico en esto: para asistir a la tradicional fiesta anual del Partido Comunista de España 2006 se pueden comprar las entradas en todas las sedes del PCE, en la sede del Comité Federal del PCE, en el Partido Comunista de Madrid… y en todas las tiendas de El Corte Inglés.(Vía Microsiervos, Escolar.net, Las Penas del Agente Smith y explicado en Kaos en la Red)
martes, 12 de septiembre de 2006
Falta de sentido empresarial
Ayer se emitió el primer informativo de La Sexta. sentía curiosidad por verlos: quizá decidiesen arriesgar ofreciendo un formato algo diferente, que nos librase de la apatía que producen los noticiarios existentes. Puede que la línea editorial rompiese con la visión izquierdista de la mayoría de las televisiones, aunque sólo fuese un poquito. A lo mejor se decantaban por realizar verdaderos análisis en profundidad sobre temas que son tabú en muchas de las emisoras. (El llamado «proceso de paz», la situación real en Iraq, el alcance del nuevo estatuto de Cataluña, las maniobras de nuestro Gobierno para facilitar la OPA de Gas Natural sobre Endesa, el genocidio de Darfur, las tramas de la inmigración ilegal y el efecto que haya podido tener la regularización masiva de Caldera...) Al fin y al cabo Helena Resano declaró que iban a hacer unos telediarios «comprometidos, valientes y humildes». Como indica Encarna Jiménez,
FA nos cuenta cómo fueron los primeros segundos del informativo de la noche:
(Editado)
Es difícil saber lo que significan estos calificativos para los periodistas de La Sexta, pero lo que los telespectadores pudieron comprobar es que en la primera edición se dedicó bastante tiempo a criticar a Bush y en la segunda a hacer un reportaje sobre los islamistas buenos en Estados Unidos. Hasta hubo un momento en el que Luisa Cabello, corresponsal en Nueva York, se puso un velo para acercarse a la información sobre el Islam en Estados Unidos. Se ve que estaban más conmovidas por los musulmanes en Estados Unidos que por los miles de muertos en el atentado de las Torres Gemelas.
FA nos cuenta cómo fueron los primeros segundos del informativo de la noche:
Hoy hace cinco años q el terrorismo golpeó en el lugar mas poderoso de la tierra, y desde entonces [aquí se le pone un mohín de asco] estamos inmersos en una guerra preventiva que no ha hecho el mundo más seguro y tampoco más librePero una imagen vale más que mil palabras:
(Editado)
Relativismos
Ayer no fue un día especialmente trufado de noticias. Era el aniversario de los atentados contra Estados Unidos perpetrados en 2001; hubo declaraciones y gestos de diferentes nacionalistas; Rajoy propuso prohibir más regularizaciones masivas de inmigrantes (transformado por El Pais en «PSOE y PP suscriben que no haya más regularizaciones de inmigrantes»), conocimos que el petróleo ha bajado cerca de un 20% en poco más de un mes...
Sin embargo, para el director del periódico gratuito 20 minutos, edición Madrid, lo más importante es que «El número de alumnos que siguen clases de religión cae año a año» (archivo PDF).
Sin comentarios.
Sin embargo, para el director del periódico gratuito 20 minutos, edición Madrid, lo más importante es que «El número de alumnos que siguen clases de religión cae año a año» (archivo PDF).
Sin comentarios.
lunes, 11 de septiembre de 2006
Picaresca. Democracia. España.
Últimamente, cuando las charlas con conocidos, compañeros de trabajo o amigos degeneran en política (y, por lo general, en lo rastrera que es nuestra clase política, casi sin excepciones) me viene a la cabeza una idea, que va tomando cuerpo: tenemos los políticos que nos merecemos. Ya. Ya sé que soy único enunciando perogrulladas, así que será mejor que me explique.
Nos escandalizamos porque salen a la luz tramas como las de Marbella o Seseña, pero todos sabemos que, más o menos, en nuestros ayuntamientos sucede algo similar. Y ¿qué hacemos? ¿Agarramos al alcalde por el cuello y le obligamos a que devuelva hasta el último céntimo robado? No. Meneamos la cabeza, murmuramos un «todos son iguales» y seguimos a nuestras cosas. Nadie se preocupa por investigar, acaso porque la justicia está comprada; nadie se preocupa en exigir responsabilidades, acaso estamos muy ocupados; nadie, en fin, hace nada.
Si no exigimos transparencia y honestidad a nuestros políticos, ¿por qué se van a preocupar en transparentes y honestos? Si se descubre una corruptela del PSOE, sus acólitos la reprocharán de manera muy sui generis para a continuación exclamar algo parecido a esto: «pues anda que no han robado los del PP». Y asunto zanjado. El resto del pueblo bajará la cabeza y murmurará «todos son iguales», y seguirá a lo suyo. Por supuesto, podemos proponer este ejercicio de imaginación a la inversa. El resultado sería equivalente.
No nos preocupa nuestra democracia. Nos consideramos ajenos a ella, como algo que nos salpica de refilón cada dos o cuatro años y, si podemos, ni eso. Porque «todos son iguales». No hay participación en las instituciones; no hay conciencia de que el pueblo es el que gobierna y los políticos, los que obedecen. N0 sentimos las instituciones como algo nuestro. Son algo que está ahí, con las que de vez en cuando hay que bregar, como cuando queremos renovar el D.N.I. o presentar el IRPF.
Paradójicamente, pese a nuestro desapego por las instituciones que nos representan, la política lo empapa todo. Absolutamente todo. Ya podemos hablar de fútbol, de sequía o del escarabajo pelotero; inevitablemente acabaremos echándole la culpa a un partido político. De lo que sea. Y estamos dispuestos a llegar casi a las manos por ello. Tan necios somos.
Pero no sólo tenemos los políticos que nos merecemos por la lejanía con la que participamos de nuestra democracia. También entra en juego algo tan nuestro como la picaresca. Ésa también lo empapa todo, sin excepciones; se cuela hasta los más recónditos huecos de nuestra sociedad. Desde la factura del fontanero sin IVA hasta el piso de protección oficial que compra el hijo de un alto ejecutivo de un gran banco, pasando por la enfermera amiga de nuestra esposa que nos cuela en el hospital público cada vez que necesitamos hacernos unas radiografías o el «apaño» en la toma de corriente eléctrica, puentea al contador de la luz.
Tenemos una escala de valores, sí, pero ésta se ocupa sólo de lo fundamental, del estilo del "no matarás" y poco más. Muy poco más. Valoramos poco, muy poco, la integridad o la honestidad. En España no se es íntegro sino tonto; no se es tramposo sino listo. Así nos va. Tenemos una de las economías sumergidas más voluminosa de los países de la UE, tenemos a casi todo un ayuntamiento (el de Marbella) imputado por corrupción y lo que te rondaré morena, tenemos a un Ministro de Industria saliente que ha barrido para casa todo lo que ha podido y le han dejado, y un ministro de industria entrante que, de querer viajar e EE.UU., deberá ampararse en la inmunidad diplomática (igual que su futura compañera de gabinete, la Ministra de Cultura)...
Y tenemos una escritora que va por su tercer plagio. Si esta señora hubiera hecho algo remotamente parecido en Estados Unidos se tendría que dedicar a limpiar escaleras, poco más o menos (para aquellos que no lo sepan, si en la universidad haces un trabajo y fusilas un libro, algo muy común en España, te expulsan. Y punto pelota). Pero ahí la tenemos, vendiendo 120.000 ejemplares y tan feliz. Igual que Ana Rosa Quintana.
La picaresca es algo propio de España que se puede paliar con un buen e independiente poder judicial. El desapego a nuestras instituciones... bueno, lo achacaré a la juventud de nuestra democracia. Vamos a necesitar un cambio profundo para poder mirar cara a cara a otros países desarrollados, para madurar como nación, para poder seguir creciendo, en todos los sentidos. Espero que comencemos pronto.
Nos escandalizamos porque salen a la luz tramas como las de Marbella o Seseña, pero todos sabemos que, más o menos, en nuestros ayuntamientos sucede algo similar. Y ¿qué hacemos? ¿Agarramos al alcalde por el cuello y le obligamos a que devuelva hasta el último céntimo robado? No. Meneamos la cabeza, murmuramos un «todos son iguales» y seguimos a nuestras cosas. Nadie se preocupa por investigar, acaso porque la justicia está comprada; nadie se preocupa en exigir responsabilidades, acaso estamos muy ocupados; nadie, en fin, hace nada.
Si no exigimos transparencia y honestidad a nuestros políticos, ¿por qué se van a preocupar en transparentes y honestos? Si se descubre una corruptela del PSOE, sus acólitos la reprocharán de manera muy sui generis para a continuación exclamar algo parecido a esto: «pues anda que no han robado los del PP». Y asunto zanjado. El resto del pueblo bajará la cabeza y murmurará «todos son iguales», y seguirá a lo suyo. Por supuesto, podemos proponer este ejercicio de imaginación a la inversa. El resultado sería equivalente.
No nos preocupa nuestra democracia. Nos consideramos ajenos a ella, como algo que nos salpica de refilón cada dos o cuatro años y, si podemos, ni eso. Porque «todos son iguales». No hay participación en las instituciones; no hay conciencia de que el pueblo es el que gobierna y los políticos, los que obedecen. N0 sentimos las instituciones como algo nuestro. Son algo que está ahí, con las que de vez en cuando hay que bregar, como cuando queremos renovar el D.N.I. o presentar el IRPF.
Paradójicamente, pese a nuestro desapego por las instituciones que nos representan, la política lo empapa todo. Absolutamente todo. Ya podemos hablar de fútbol, de sequía o del escarabajo pelotero; inevitablemente acabaremos echándole la culpa a un partido político. De lo que sea. Y estamos dispuestos a llegar casi a las manos por ello. Tan necios somos.
Pero no sólo tenemos los políticos que nos merecemos por la lejanía con la que participamos de nuestra democracia. También entra en juego algo tan nuestro como la picaresca. Ésa también lo empapa todo, sin excepciones; se cuela hasta los más recónditos huecos de nuestra sociedad. Desde la factura del fontanero sin IVA hasta el piso de protección oficial que compra el hijo de un alto ejecutivo de un gran banco, pasando por la enfermera amiga de nuestra esposa que nos cuela en el hospital público cada vez que necesitamos hacernos unas radiografías o el «apaño» en la toma de corriente eléctrica, puentea al contador de la luz.
Tenemos una escala de valores, sí, pero ésta se ocupa sólo de lo fundamental, del estilo del "no matarás" y poco más. Muy poco más. Valoramos poco, muy poco, la integridad o la honestidad. En España no se es íntegro sino tonto; no se es tramposo sino listo. Así nos va. Tenemos una de las economías sumergidas más voluminosa de los países de la UE, tenemos a casi todo un ayuntamiento (el de Marbella) imputado por corrupción y lo que te rondaré morena, tenemos a un Ministro de Industria saliente que ha barrido para casa todo lo que ha podido y le han dejado, y un ministro de industria entrante que, de querer viajar e EE.UU., deberá ampararse en la inmunidad diplomática (igual que su futura compañera de gabinete, la Ministra de Cultura)...
Y tenemos una escritora que va por su tercer plagio. Si esta señora hubiera hecho algo remotamente parecido en Estados Unidos se tendría que dedicar a limpiar escaleras, poco más o menos (para aquellos que no lo sepan, si en la universidad haces un trabajo y fusilas un libro, algo muy común en España, te expulsan. Y punto pelota). Pero ahí la tenemos, vendiendo 120.000 ejemplares y tan feliz. Igual que Ana Rosa Quintana.
La picaresca es algo propio de España que se puede paliar con un buen e independiente poder judicial. El desapego a nuestras instituciones... bueno, lo achacaré a la juventud de nuestra democracia. Vamos a necesitar un cambio profundo para poder mirar cara a cara a otros países desarrollados, para madurar como nación, para poder seguir creciendo, en todos los sentidos. Espero que comencemos pronto.
Cada uno, en su sitio
A tenor de cómo comienza el artículo, se sitúa frente a El Mundo:
Cinco años después, las teorías conspirativas —la última moda de Estados Unidos exportada a España— siguen entonando entre lo patológico y lo siniestro toda clase de explicaciones alternativas a la narrativa oficial del 11-S. Un fenómeno protagonizado por un obsesivo grupo de internautas, aspirantes a cineastas, mínimos personajes radiofónicos y algún profesor, empeñados en presentar la muerte de casi tres mil personas como resultado de una ingente conspiración para justificar posteriores acciones militares en Oriente Próximo.Leed el resto.
Sobre el «proceso de paz»
Germán Yanke, en ABC:
En mi opinión, el «problema vasco» tiene un culpable claro: la sociedad vasca, como conjunto. No han podido, no han sabido, no han querido hacer frente al terrorismo. Poco ha importado que primos, vecinos o hermanos hayan tenido que huir de las Vascongadas por miedo a que los matasen a ellos o a sus familias. La masa agachaba la cabeza, o bien miraba para otro lado. Y un buen día nos desayunamos con que nos exigen el cumplimiento de sus condiciones, sin que medie arrepentimiento ni petición de perdón. Y pienso en qué pasaría si los asesinos de sus parejas se constituyesen en asociación y exigiesen su excarcelación y subvenciones para que sus familias pudiese ir a verlos a la cárcel. Y me entran arcadas.Hay frases que, aunque normalmente las entendemos muy bien, tienen trampas literales. Se dice, por ejemplo, que «el miedo es libre». Como todo aquel que ha sentido miedo sabe que no suele ser una elección personal, se ha de entender que es el miedo, convertido retóricamente en un ser vivo, el que se mueve con sorprendente libertad, nos sorprende y nos domina. Y que, así, hacemos o dejamos de hacer cosas, algo que en otras circunstancias no ocurriría.
Pero la trampa no es sólo la de las palabras. También hay una trampa moral si se piensa que el miedo lo justifica todo, que es inexorable. Lo hemos visto hace no mucho tiempo ante la reedición de un crimen viejo, el chantaje económico de ETA: el miedo eliminaría toda posibilidad de respuesta moral y nada tendríamos que decir a los que, con esa disculpa, pagan y sostienen la actividad terrorista poniendo en peligro la estabilidad política y la vida y los derechos de muchos otros. El miedo no anula las consecuencias ni el fin justifica los medios y, por ello, incluso aterrados, somos responsables de nuestras acciones.
jueves, 7 de septiembre de 2006
¿Diálogo?
«Te voy a arrancar la piel a tiras». «Te voy a dar siete tiros».Cuando lo he leído esta tarde no me lo podía creer. No era un diálogo de una película de serie B, no. Eran las amenazas directas de un terrorista, un asesino, a un juez, un representante del Estado de Derecho. Me asalta la duda de si, fiel a la «nueva sensibilidad» predicada por nuestro Gobierno para con el «problema vasco», el juez va a invitar al etarra a su casa a tomar té y pastas o si, en un ejercicio de carencia absoluta de talante, se va a ceñir al Código Penal y le va a meter entre rejas para que se muera de viejo en la cárcel. (Aznar, no llegaste a reformar el Código Penal: los terroristas no se pudren en la cárcel como prometiste.) El vídeo completo es éste (cortería de Invasores):
La portada de la edición digital del periódico dirigido por Pedro J. era elocuente:
Quizá este ejercicio de perogrullismo no se hubiera conseguido con el anterior responsable de la edición digital... Quizá.
No sé qué tiene en mente el Presidente del Gobierno. Ateniéndonos a los hechos, los etarras no parecen muy dispuestos a renunciar a la violencia como nos sea a cambio del acercamiento de los presos, la anexión de Navarra y la independencia. Los navarros no parecen muy dispuestos a ser anexionados por una región bastante más pequeña pero de gran ambición. Si nos dejamos llevar por la «otra teoría» de Manel, Rodríguez utilizará a los terroristas y luego se deshará de ellos, como ha hecho con Maragal o Pérez Carod. Lo que me asusta es que no creo que estos asesinos se conformen con presentar la baja en la formación Batasuna.
Quien con niños se acuesta...
martes, 5 de septiembre de 2006
El Gran Dictador
Después de humillar a Grecia (y lo siento por mis amigos griegos), los muchachos, grandes ellos, han tenido jornada presidencial. Como titula elmundo.es, «Campeones con 'talento y talante'». En fin.
Lo que pasa es que esa foto a mí me recuerda a otra cosa...
;o)
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