Esto de la blogocosa es maravilloso: no sólo nos ha dado la oportunidad de expresarnos para que nos oiga el mundo entero y más allá (¡Un saludo, ISS!) sino que te permite, al menos en mi caso, estar bastante más informado que lo que lo hacía normalmente a través de los medios de comunicación patrios. Es así como he aprendido un poquito de política exterior, sobre liberalismo, sobre democracia, sobre ecologismo, sobre ciencia, sobre libertad... Del mismo modo me ha permitido aprender un poco más el mundo que me rodea, con un punto de pensamiento crítico.
Así, gracias a los esfuerzos de JMG, de Luis y de Antón Uriarte he sabido que los santos Gore y compañía son unos hipócritas engañabobos, que el protocolo de Kioto no tiene razón de ser, que no vamos a morir ahogados por un mar creciente ni abrasados por la conversión de España en un desierto y que las llamadas advirtiendo el apocalipsis tienen poco fundamento. Y todo ello con datos en la mano y perfectamente razonado, oiga. Y es una pena que en los medios de comunicación tradicionales no se escuche una palabra de esto, no se fomente el debate, no se cuestione ni una coma del texto de los nuevos apóstoles, ese neoevangelio (con mis respetos a la Iglesia) que es el estudio parido por el IPCC con la aprobación de unos... cinco científicos, que viene a significar la unanimidad. Y quien no lo crea esta verdad absoluta es un negacionista.
La otra cara de la moneda, una carencia pasmosa de pensamiento crítico la he encontrado en otro de mis blogs de cabecera, Microsiervos, donde aseveran que «además de ser más ecológico cumplir, también salle más barato, porque de no hacerlo España se enfrentaqría [sic] a 5.300 millones de euros de multa.» Claro que no parece que se hayan parado a pensar en los enormes costes que conllevaría cumplir con Kioto. Se refieren a una entrada del Blog Salmón, que tampoco parecen haberse planteado semejante cuestión.
Y mientras, tanto ZP como Rajoy anuncian que incluirán en su programa electoral una ley y diferentes medidas para luchar contra el cambio climático. ¿Es que aquí no hay una tercera vía?
Así, gracias a los esfuerzos de JMG, de Luis y de Antón Uriarte he sabido que los santos Gore y compañía son unos hipócritas engañabobos, que el protocolo de Kioto no tiene razón de ser, que no vamos a morir ahogados por un mar creciente ni abrasados por la conversión de España en un desierto y que las llamadas advirtiendo el apocalipsis tienen poco fundamento. Y todo ello con datos en la mano y perfectamente razonado, oiga. Y es una pena que en los medios de comunicación tradicionales no se escuche una palabra de esto, no se fomente el debate, no se cuestione ni una coma del texto de los nuevos apóstoles, ese neoevangelio (con mis respetos a la Iglesia) que es el estudio parido por el IPCC con la aprobación de unos... cinco científicos, que viene a significar la unanimidad. Y quien no lo crea esta verdad absoluta es un negacionista.
La otra cara de la moneda, una carencia pasmosa de pensamiento crítico la he encontrado en otro de mis blogs de cabecera, Microsiervos, donde aseveran que «además de ser más ecológico cumplir, también salle más barato, porque de no hacerlo España se enfrentaqría [sic] a 5.300 millones de euros de multa.» Claro que no parece que se hayan parado a pensar en los enormes costes que conllevaría cumplir con Kioto. Se refieren a una entrada del Blog Salmón, que tampoco parecen haberse planteado semejante cuestión.
Y mientras, tanto ZP como Rajoy anuncian que incluirán en su programa electoral una ley y diferentes medidas para luchar contra el cambio climático. ¿Es que aquí no hay una tercera vía?
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