Uno:
La medida cautelar del juez titular del juzgado número 1 de lo contencioso administrativa de Santa Cruz de Tenerife, en virtud de la cual se suspenden los actos festivos en la vía pública es, ante todo, un homenaje al buen gusto.
Otro:
¿El "derecho al silencio" como un signo de civilización, de progreso del género humano? Lejos de reconocer esto, nuestros políticos empiezan a considerar la sentencia de Tenerife un "peligrosísimo precedente" que podría precipitar la suspensión de eventos similares "en todas las fiestas de España".
Leedlos enteros.
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