jueves, 27 de agosto de 2009

Venezuela


"Chávez construye un mundo diferente y posible."
Quien así se expresa no es Fidel Castro (él ya ha construido su paraíso comunista, donde escasea hasta el jabón); tampoco Zapatero, y mucho menos su escudero y aguerrido defensor de las libertades Moratinos. Qué va. Quien así se expresó ayer fue el "prestigioso intelectual" estadounidense Noam Chomsky, de visita en el país sudamericano para bailarle el agua al cada vez más dictador.

Alfonso Rojo lo retrata muy bien en su columna de hoy en ABC (no dejen de leerla entera):
El que es tonto a los veinte suele ser tonto a los cuarenta, pero no es el caso. Noam Chomsky fue una lumbrera de estudiante y ahora, cumplidos los ochenta, sigue gozando de un inmenso prestigio intelectual. Eso hace más chirriante su rendida admiración por Hugo Chávez y las alabanzas que dedica a su revolución bolivariana.
Si fuera un chisgarabís, convencido de que Keops, Kefrén y Micerino son marcas de champú, sería entendible. Pero Chomsky sabe hasta la historia de los faraones enterrados en las pirámides. Filósofo, escritor, analista, profesor emérito en el MIT y una de las figuras más destacadas de la lingüística universal, tendría que estar al tanto de que Chávez es un bluf y que prestarse a su juego es respaldar represión, censura y miseria.
[...]
Chomsky es el paradigma del «intelectual», que en su día apoyó a Stalin, después a Mao, más tarde a Castro, adoró al Vietcong, soñó con los campamentos palestinos, flirteó con las Brigadas Rojas, la RAF y ETA, y ahora reparte amores entre los ayatolás iraníes y el Gorila Rojo.

La visita de Chomsky no ha podido ser más oportuna. Después de las protestas estudiantiles contra una ley de educación que pretende oficializar el adoctrinamiento (como Educación para la Ciudadanía pero a lo bestia, sin cortarse un pelo), el Gorila Rojo ha roto relaciones con Colombia, mientras desde Bogotá piden calma al presidente venezolano.

El motivo aducido por Chávez ha sido la inminente firma de un acuerdo militar entre Bogotá y Washingtonpara que EE.UU. use las bases colombianas. El acuerdo ofrece tres ventajas para Colombia, escribe Miguel Benito (lean el artículo completo):
1º. Mantiene los altos niveles de acceso a la tecnología militar más avanzada del momento. Especialmente en las telecomunicaciones y en el entrenamiento. Para seguir presionando a las Farc y el Eln, es de vital importancia mantener la superioridad del equipamiento, que no hace tanto no se tenía. Punto especialmente urgente, cuando se conocen los intentos de los grupos narcoterroristas para adquirir misiles y otro armamento sofisticado en los mercados ilegales internacionales. Aquellos que minusvaloran las consecuencias que en el campo de batalla podrían tener nuevas armas en manos de los grupos irregulares deberían recordar cómo cambiaron el rumbo de la lucha entre afganos y soviéticos los misiles Stinger.

2º. La presencia de tropas estadounidenses en suelo colombiano, compartiendo instalaciones militares con tropa colombiana, ofrece un marco óptimo para la modernización, no sólo operativa, sino conceptual -tarea en la que ya se ha avanzado mucho en el marco del Plan Colombia-. Por otra parte, permite abrir mecanismos de diálogo para compartir experiencias de combate. Y sobre guerra irregular, los colombianos tienen mucho que enseñar a los estadounidenses.

3º. La presencia del contingente estadounidense en las bases colombianas es un poderoso factor disuasorio ante cualquier tentación agresiva de terceros países. Porque el escenario bélico en la región, que hace unos años estaba descartado, se ha convertido en una posibilidad no desdeñable, aunque improbable, en la presente dinámica de tensiones con los vecinos bolivarianos y constantes amenazas bélicas de Chávez y Correa. La carrera armamentística que adelantan varios países, muy especialmente Venezuela, con convenios de asistencia militar con varias potencias extrarregionales, no pasa desapercibida a los estrategas colombianos, que reequilibran la balanza mediante la cooperación con el Pentágono.


¿Estamos ante un posible estallido bélico? Hermann Tertsch opina que no llegará la sangre al río. No obstante formula una pregunta inquietante:
[En caso de qe estallara un conflicto, s]abemos de qué parte estarían en esta guerra Barack Omaba y la UE. ¿Sabemos en cuál estarían Zapatero y el PSOE?
Me gustaría poder responder con certeza que del lado correcto, pero no me atrevo.

2 comentarios:

Dick Turpin dijo...

yo mismo no lo hubiera expresado mejor...

Un saludo,
DT

Marga dijo...

He leído, en distintos blogs de supuestos "progres", citar al señor Chomsky para cimentar argumentos poco consistentes en contra de la derecha. Eso sí, daba la impresión de que, de ese señor, no conocían más que el nombre.

Saludos.