lunes, 20 de noviembre de 2006

Encuentra las diferencias

Leemos en la edición impresa de ABC de hoy, 20 de noviembre de 2006:

Israel suspende un ataque aéreo ante el escudo humano de cientos de palestinos


Y ayer, en Hispalibertas, leíamos esto:

Israel suspende una acción en Gaza mientras continúan los ataques con cohetes sobre su territorio.


En ABC, Laura L. Caro, corresponsal en Jerusalén, da detallada cuenta de lo que ha sucedido en Gaza, los motivos de los escudos humanos, el odio que profesan hacia norteamericanos e israelíes y otras cosas por el estilo. Ni una palabra sobre ésto:
También ayer, una persona resultaba herida en la localidad israelí de Sderot en uno de los habituales ataques con cohetes de los terroristas palestinos. En la misma zona murió días atrás una mujer a causa de otro ataque con cohetes Kassam.
El sesgo propalestino de los medios de comunicación españoles alcanza cotas que provocan auténtica repugnancia. Siempre nos quedará internet, espero...

sábado, 4 de noviembre de 2006

Me equivoqué en Iraq

Así titula Alfonso Rojo su último artículo en ABC, el jueves 2 de noviembre:
Yo fui de los que apoyaron la invasión. No por la patraña de las «armas de destrucción masiva» o porque creyera que Sadam estaba compinchado con Bin Laden. Igual que en la primera Guerra del Golfo, cuando fui -junto a Peter Arnett- el único periodista que permaneció en Bagdad cuando comenzaron los bombazos, era consciente de que Irak no representaba una amenaza letal para Occidente. Un país recién salido de diez años de desgastador combate contra Irán e incapaz de producir alimentos para sus 23 millones de habitantes, no podía tener el quinto ejército del planeta, como titulaban los diarios españoles.
Sabía que contaba con armas químicas, porque las había usado contra kurdos e iraníes. Llegué incluso a toparme, en el búnker del Hotel Rachid, con Frans van Anraat, el holandés que suministraba las materias primas con las que el dictador fabricaba las bombas genocidas. Sadam se las arregló para transformar misiles Scud y hacer que cayeran en Israel, pero no podía llegar más lejos. Su maldad estaba a años luz de su capacidad.
Habrá algún lector que se pregunte cómo pude apoyar la guerra contra el sátrapa, que preconizó Bush y apoyaron, Blair, Aznar y otros. Pues muy sencillo: creí sinceramente que, derrocando al tirano, era posible crear un espacio pro-occidental y de apariencia democrática en Mesopotamia.
Y que desde ese nuevo Irak, en el corazón de Oriente Medio y usando como reclamo un estado de tradición laica y con ingentes recursos petroleros, se iba a influir en toda la región, neutralizando peligros como Arabia Saudí, Siria o Irán. Es --más o menos- la línea de pensamiento que defienden quienes respaldan a capa y espada la integración de Turquía en la UE.
He leído el informe del Comando Central de EE.UU., filtrado a «The New York Times», donde se afirma que Irak camina hacia el caos total. Gran parte de la culpa la tiene el Pentágono, por haber desmantelado la estructura administrativa, policial y represiva de Sadam, sin recambio inmediato, pero hay otros factores, como la incompatibilidad actual entre sociedad islámica y democracia.
Suscribo el artículo hasta su último párrafo. Yo todavía confío en que Iraq podrá llegar a ser un modelo entre los países de Oriente Medio. También reconozco que esa esperanza que mantengo se va apagando día tras día...